¿Qué es la agricultura natural?
"A este tipo de agricultura él le llama agricultura natural; y ,desde entonces, Fukuoka se convierte en su padre contemporáneo."
A mediados de los años 70, Masanobu Fukuoka publica su libro “La revolución de una brizna de paja”, ofreciendo una filosofía con un inicial método de cultivo revolucionario donde no hay necesidad de arar, ni de desherbar, ni de hacer compost, ni de utilizar pesticidas u otra clase de agroquímico. A este tipo de agricultura él le llama agricultura natural; y, desde entonces, Fukuoka se convierte en su padre contemporáneo.
A pesar de que durante décadas, la agricultura natural es extendida y practicada por todo el mundo, dando lugar a distintas formas de cultivo, como son la orgánica, la biológica, el permacultivo, etc., será puesta en cuestión de forma generalizada y no será bien rescatada ni entendida, hasta unos cuarenta años más tarde, sobre mediados de los años 10 del presente siglo, cuando Juan Benítez Jamchen publica su primer libro de agricultura natural llamado “Vida Natural Consciente”, incorporando otros cuatro nuevos principios.
Jamchen profundiza en la agricultura natural dentro del ámbito de la península Ibérica, hasta llegar a definirla como “aquella actividad básica y propia de un ser humano natural y consciente”
Conservando y protegiendo la base esencial fukuokiana, tanto en sus principios, como en su filosofía, como en su práctica, como en su carácter espiritual, Jamchen profundiza en la agricultura natural dentro del ámbito de la península Ibérica, hasta llegar a definirla como “aquella actividad básica y propia de un ser humano natural y consciente”; es entendida entonces, tal como él expone ampliamente en el “Tratado de Agricultura Natural”, su último libro, como “aquella actividad de campo en el sentido de cultivar y de habitar también”.
En su definición extensa, Jamchen declara que la agricultura natural, como actividad básica de una vida natural consciente que es, “no sólo contiene el significado de cultivo natural desde el punto de vista genérico mencionado, que implica sembrar o plantar semillas y plantas y cuidarlas para tener un fruto saludable y justo de ellas, manteniendo el respeto por el entorno y un equilibrio sostenible tanto en el ser humano como en la naturaleza; sino también contiene el conjunto de acciones humanas de vida, con todas sus implicaciones, que fomentan y preservan ese hábitat que convive en armonía humano-naturaleza”.
Continúa diciendo que “de esta forma, ambas entidades, que desde los puntos de vista artificiales permanecen separadas, se unifican en una sola entidad estable y de evolución de consciencia, dentro de todo su movimiento de impermanencia de la ley natural de causa y resultado”.
"la agricultura natural, queda como una manera -natural- de concebir la agricultura que se extiende desde los mismos inicios de la humanidad"
En el Tratado de agricultura Natural, Jamchen también da pasos importantes hacia una forma más genérica de concebir la agricultura natural, no como un determinado sistema de cultivo, sino con un carácter universal que no pertenece a nadie, ni a un procedimiento en concreto, aunque sí pueda contener muchas técnicas, siempre y cuando se respeten los ocho principios prescritos, con sus ciencias esenciales contenidas en ellos -no arado, acolchado, etc.-, como es el caso de sus prácticas de grados, o la práctica de bolitas de arcilla de Fukuoka.
Con esta última investigación histórica y filosófica, y debido al carácter genérico que contiene ‘lo natural’, la agricultura natural, queda como una manera -natural- de concebir la agricultura que se extiende desde los mismos inicios de la humanidad, dejando prescritos, según el nivel de intervención, que es lo que distingue principalmente ‘lo natural’ de ‘lo artificial’, tres clases de agricultura natural:
1.- La agricultura natural de ‘solo recolección’.
2.- La agricultura natural de precultivos.
3.- La agricultura natural de cultivo. (Esta se subdivide en tres: La agricultura natural de domesticación intuitiva, la agricultura natural de domesticación racionalizada y la agricultura natural de domesticación consciente, que contiene a las dos anteriores a la vez).
La introducción del concepto y la práctica de la domesticación natural, termina perfilando una agricultura natural moderna, que proviene y se dirige más allá de los tiempos, con capacidad para generar plantas de alimento que están adaptadas a esa relación armónica humano-naturaleza, que no contienen hibridaciones artificiales de modificaciones genéticas artificiales de los laboratorios químicos y, con ello, con capacidad también para afrontar la delicada línea que se separa de la agricultura artificialista, que según Jamchen, ya no podemos considerarlo como agricultura.