La esencia de la Agricultura Natural
"sí conocemos lo que existe, entonces se nos revela su verdad relativa"
Decía Aristoteles que la filosofía primera es aquella que estudia el ente en cuanto que es ente, es decir, en cuanto que existe. Más tarde, a esta clase de filosofía se la llamó Metafísica, y, por este nombrajo añadido, se la ha confundido durante muchos siglos como aquello que está más allá de la física, siendo, si la entendemos bien, todo lo contrario. De hecho, sobre esta filosofía primera, Aristóteles afirmaba que el ente, es decir, todo lo que existe, solo puede comprenderse si observamos sus cuatro causas principales, que son las explicaciones de la cosa, estas son: la causa material, la causa formal, la causa eficiente y la causa final.
Para comprender, por ejemplo, lo que es una semilla, según este filosofo, observamos sus causas y entonces se nos revela que la causa material es la composición material de esta, que la causa formal son las diferentes formas que adopta la semilla, que la causa eficiente, son los agentes que intervienen en su cambio respecto a la interacción con este mundo, y que la causa final, es el propósito que tiene una semilla, esto es, llegar a ser una planta.
Según lo expresado, podemos considerar, sin temor a equivocarnos, que el conocimiento profundo de las causas, nos da la explicaciones del sentido que tienen las cosas que existen en esta naturaleza, y ello nos da también el conocimiento de su esencia. Conociendo la esencia, conocemos lo que existe, y si conocemos lo que existe, entonces se nos revela su verdad relativa. Hay que entender que, aunque todo está en movimiento y todo lo que existe cambia, hay patrones dentro de cada existencia, o conjunto de ellas, que se repiten y que nos dan un sentido esencial imperturbable y certero. Toda esta certeza, llena de sentidos, es la que nos ayuda a traslucir sobre su verdad relativa y la que nos permite preservar su autenticidad.
"la obtención del alimento -humano y no humano-, asegurando un respeto profundo a la esencia de la Naturaleza y del propio humano"
Para poder conocer la esencia de la Agricultura Natural y su verdad relativa que nos verifica su autenticidad, según el método aristotélico, debemos entonces comprender sus causas. La causa material sería, en relación a la Agricultura Natural, la tierra y demás elementos con las plantas y los humanos y sus sentidos que perciben. La causa formal se encontraría en las múltiples formas que adoptan los elementos que existen dentro de la Agricultura Natural, por sí mismos y dentro de la relación planta-humano. La causa eficiente sería, para la obtención del alimento, la acción del humano, en conjunción armónica con la acción de la Naturaleza, en las plantas y en toda Naturaleza. Esta causa nos da información sobre los niveles de intervención del humano en la naturaleza y los gradientes del ‘no hacer’, es decir, el dejar hacer a la Naturaleza -todo ello ha sido estudiado en los libros de Vida Natural Consciente y en el Tratado de Agricultura Natural, y nos ha permitido una definición moderadamente certera de la Agricultura Natural, sus diferentes clasificaciones según la intervención y el estudio, la configuración más detallada y sus innovaciones, de sus ocho principios actuales-.
La causa final sería el fin por el cual se practica Agricultura Natural. Esta causa contendría dos principales vertientes: la primera, que es la obtención del alimento -humano y no humano-, asegurando un respeto profundo a la esencia de la Naturaleza y del propio humano: y la segunda, que trata sobre nuestra vivencia propia en la Naturaleza, ya que se haya en plena interacción con ella para la obtención de ese alimento. Esta última vertiente quedó articulada con la incorporación del séptimo principio llamado Vida Natural Consciente, que consiste, básicamente, en asegurarnos que el ejercicio de nuestra propia vida, permite el desarrollo de la vida natural dentro de toda naturaleza y dentro de nosotros mismos. Esta autenticidad del ejercicio agricultor y de vida, solo es posible con el desarrollo y pensamiento de la consciencia humana.
Con todo ello, no nos resulta muy difícil dilucidar que la esencia de la Agricultura Natural se encuentra en una auténtica convivencia entre el ser humano y la naturaleza, permitiendo con ello la sostenibilidad de ambas. Esta sostenibilidad que hablamos no se basa en la única sostenibilidad del ser humano, pues esta es falsa y destructiva, sino en la sostenibilidad completa, que asegura que las expresiones naturales se revelen con su verdadera condición. De esta forma, el ser humano solo actúa, controlando mínimamente, para dar vida y para que su vida pueda también ser parte de esa vida que da. Este intercambio permite generar vida en todo.
"combinar árboles y otras plantas de coberturas silvestres con las de alimento humano"
El origen -la causa- de la fertilidad de la tierra, que es el origen del alimento de ella, es el mundo silvestre, en su parte principal, el bosque. La Naturaleza tiene vida propia, no necesita de nuestros artificios para realizarse. Sin embargo, el ser humano quiere obtener recursos y se aprovecha de esa fertilidad innata para cultivar. De esta manera, durante milenios, ha ido destruyendo el bosque con la intención de introducir sus cultivos en esas riquezas que dio el mismo bosque. Cuando esas tierras se han ido abandonando, después de muchos años de explotación, las tierras se han ido desertificando, sobre todo en las zonas Mediterráneas, que son las más idóneas para cultivar y las que tienen menor capacidad de recuperación por su régimen natural de lluvias.
La Agricultura Natural pretende dar un giro a esta forma de actuar con la Naturaleza, intentando que el bosque silvestre sea parte del cultivo. De esta manera, va a combinar árboles y otras plantas de coberturas silvestres con las de alimento humano. Al final, de lo que se trata es de no perder la causa origen de la fertilidad sin tener que estar acudiendo a artificios que lo que hacen es empeorar y destruir, aún más, lo que ya está destruido, o está en proceso de destrucción.
Hay un dicho escandinavo, muy incrustado en la sociedad, que dice: ‘Después de usar algo, déjalo todo tal como lo encontraste’. A esto se le llama respeto, respeto por lo que tocamos y respeto por los demás que vendrán también a usarlo. En Agricultura Natural, no sólo acogemos este dicho de dejar las cosas tal cual las encontramos, aunque haciendo los cambios mínimos necesarios que implican ese respeto profundo por la naturaleza tal cual ella se expresa; también vamos a ayudar a regenerar esas tierras que un día fueron bosques fértiles.
"la forma natural y consciente de regenerar la tierra, es incorporando árboles silvestres en nuestras fincas de cultivo."
Es esta una ‘regeneración’ natural y consciente, donde no vamos a usar artificios para mejorar la tierra, ni sistemas tecnológicos innovadores para mejorar nuestros cultivos, tipo a compost preparados y otras fertilizantes artificiales, sino que vamos a cultivar con el máximo respeto, intentando devolver a la tierra lo que le fue robado, esto es, su propia fertilidad que se expresa a través de sus árboles silvestres, y así obtener un alimento digno para nosotros y para la Naturaleza también.
Con todo ello, insistimos que la forma natural y consciente de regenerar la tierra, es incorporando árboles silvestres en nuestras fincas de cultivo.
Dejemos la tierra tal cual nos gustaría encontrarla, llena de riqueza natural, con arroyos corriendo entre ellas. El día que dejemos nuestros lugares, que lo haremos con toda seguridad, hagámoslo asegurando los silvestres necesarios, para que sea un bosque que pueda expandirse por sí solo. Aunque durante nuestra estancia tuviese mucho alimento humano, y estos desaparezcan sin el cuidado nuestro, el legado que dejamos a nuestros hijos es un maravilloso bosque natural autosuficiente, que será respetado y cuidado por ellos, pudiendo generar de nuevo el alimento humano que es de corto plazo, si es que supimos comunicarles eso. Entonces la Agricultura Natural tendrá un sentido, el mejor de todos; entonces sabremos que es el único sentido posible.