Las bondades de lo silvestre

Las bondades de lo silvestre

Las bondades de lo silvestre

"La Naturaleza desbarata aquellas intenciones nuestras que son demasiado planificadas"

Originario de la región de Sichuan de China, el bambú bisetti –Phyllostachys Bissetii-, es una planta muy rústica que no necesita riego una vez instaurada, y que tiene una gran capacidad para actuar como ‘cortavientos’.

Hace muchos años lo coloqué junto a un grupo de bambúes japoneses –Pseudosasa japonica-, con la intención de parar los fuertes vientos de la zona, en el borde bajo de un bancal donde cultivaba, sobre todo, tomates y otras solaceas.

Hice un diseño hermoso, soñando un determinado aspecto y mantenimiento, sin embargo, pasó el tiempo y hoy, los bambúes se extendieron muchísimo configurando un bosquecillo que se introduce, incluso, por entre algunos almendros e invadiendo el antiguo bancal de tomates, tal como se puede apreciar a la izquierda de la imagen.

En muchas ocasiones, sucede que la Naturaleza desbarata aquellas intenciones nuestras que son demasiado planificadas, pero tenemos la opción natural y consciente, que consiste en cambiar la visión, antes de ponernos a guerrear inútil y destructivamente contra nuestra gran madre.

Resulta que las cañas de este tipo de bambúes son muy duras y flexibles, así que vamos cortando y utilizando, dándonos un material valiosísimo de construcción. El bancal antiguo de tomates, ahora es un lugar de refugio excepcional, perfecto para introducirse en él y encontrar hermosos rincones para la contemplación.

Y, por supuesto, extendiendo sus raíces y sus aires, los bambúes hicieron perfectamente su función inicial de parar los vientos y dan en estos momentos protección maravillosa a un lugar muy especial que contiene especies de plantas como los acebos con sus lindas masas de Physalis de riquísimos frutos, o el gran liquidámbar, que ya sobrepasa los ocho metros de altura, los densos laureles, que también se alzan ya hacia el cielo, los excepcionales abedules, quizás los más septentrionales de Europa, los alcornoques, las damas de noche, los rosales, las grosellas silvestres, los crisantemos, los lirios azules, las violetas, las melisas, las arbustadas de mirtos, los arces japoneses, y largo etc. de otras muchísimas especies valiosas.

"Un poco de diversidad de especies y con una presencia importante de silvestres"

Desde aquí, entre masas de lavandas con un acebo japonés y un árbol de Júpiter, se da paso a lo que he llamado “el pasillo de los arces”, donde encontramos unas diez especies diferentes de arces, que conviven con plantas autóctonas y extrañas, como los palmitos, las rosas y lirios silvestres, los jazmines, las alteas, los lilos, las lavandas y romeros, los labiérnagos, los durillos, las cornicabras, los aligustres, las sabinas, los tejos y el tetraclinis articulata, entre otros muchas otras coníferas, los algarrobos, los madroños, los azufaifos y azarolos, una linda colección de jaguarzos o jaras y salvias, retamas, agracejos, boj, rascaviejas, …

Con sus virtudes ornamentales, ecosistemáticas, de tierra regenerada y de usos humanos variados, entre todas estas bondades de este trozo de jardín natural -que hoy ha sido expresado desde los bambúes y que nos da una lista interminable con un sinfín de conexiones que se abrazan con otras zonas, como son las de Quercus, coníferas y Sorbus, el rincón oriental, la tarima de blancos, la gran madre, el huerto del llano con las culinarias y medicinales, la cabaña, la zona de las viñas, los bancales medios y bajos, la zona de los nogales y castaños, …-, viven muchos frutales de cultivo: almendros, membrillos, perales, granados, caquis, cerezos, nísperos, manzanos, ciruelos, etc.

Este aspecto arbóreo singular y de combinados múltiples, con sus muchos matices complejos y simples, y que se construyó sin planificación determinada escuchando la naturaleza, es lo que nos muestra la suprema capacidad natural de convivencia afortunada de lo que es alimento humano y lo que no lo es y de su gran importancia.

Por amor a lo silvestre y por motivación personal, aunque yo creé un botánico, sin una pre-intención y sin apenas darme cuenta, debemos saber que para ser agricultor natural y poder recrear un buen bosque natural de alimentos -bNa-, no necesitamos hacerlo de esta manera, recordamos que cada particularidad requiere de sus características.

Lo importante es tomar consciencia de que, en todo cultivo, con un poco de diversidad de especies y con una presencia importante de silvestres, en los porcentajes ya expresados, preponderantemente autóctonos, es más que suficiente.

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