En Agricultura Natural, la hermandad entre las plantas es básico, y es lo que hace que exista un ambiente sano y fuerte. Las plantas, como cualquier ser vivo de esta tierra, se comunican y ayudan entre sí, ante cualquier circunstancia de vida que ocurra.
Al igual que todos los seres vivos, la planta respira aire puro por sí misma, recibe la luz del sol pura por sí misma, recoge el agua y los nutrientes puros de la tierra por sí misma y acoge el movimiento del viento por sí misma. Eso es recibir, lo que significa el desde fuera hacia adentro. El mundo externo a ella, le permite que pueda manifestar su individualidad.
Tal como ella recibe, da también, pues es, su existencia individual, lo que le permite ser parte externa de otros y lo que hace, definitivamente, que los demás puedan recibir. Es este el “desde adentro hacia afuera”. Las idas y venidas en permanente intercambio, es la irrefutable ley natural y como se configuran todos los ecosistemas de vida del planeta Tierra, no hay más misterio.
En un ambiente empobrecido, literalmente desértico, donde las plantas viven como soldados o máquinas, separadas y aisladas unas de otras, sin poder conectar sus raíces, sin poder tocarse, ni relacionarse, debido a las distancias forzadas que fueron marcadas por un ser humano controlador y totalitario, no existe intercambio. Cuando hay una falta de intercambio, no hay vida, sino dirección a la muerte.
En la Tierra filosofal fue expresado, la Agricultura Natural aboga por la vida y, por ello, busca y encuentra la hermandad. La hermandad, con todos los sentidos puestos (tacto, olor, sabor, oído, vista y mente), con todos los elementos interviniendo (aire, agua, tierra, fuego y Ayu), es la llave de la salud y el camino invariable, natural y consciente, de las plantas y de todos los demás seres vivos. Este es el mantra a la vida.
La Tierra filosofal, en expresión materializada del bosque natural de alimentos (bNa), encuentra gran magnitud y realización, en relación directa con su plena hermandad física y mental, consigo mismo y con los demás, que es su consciencia en evolución, tal como ya fue prescrito en la teoría de la indeterminabilidad, base filosófica de la A.N. de vida Natural Consciente.