Sobre la poda natural y consciente
"Desde la Agricultura Natural, pienso que, dentro de lo posible, debemos concentrarnos en mantener las plantas con su propia esencia y edad"
Uno de los puntos más difíciles de dilucidar dentro de la Agricultura Natural es la poda de los árboles frutales. Fukuoka aseguraba que dejándolos estar con su forma natural y sólo retirando los chupones del bajo tronco, permitiendo que el tronco principal cogiera su guía principal, los árboles frutales, no sólo estaban más protegidos de enfermedades y duraban más, sino que también no dejaban de producir por ello.
Hay diferentes tipos de poda con diferentes objetivos. En árboles ya viejos, mi experiencia me demuestra que las podas de rejuvenecimiento, en algunos tipos de frutales, cuando se les poda, parece que comienzan a producir más de nuevo. En realidad, es como si hiciéramos un nuevo árbol desde la misma raíz. Es una apuesta arriesgada y hay que saber hacerlo si queremos tener éxito. Existen árboles que no les gusta el hierro, como son los perales y los manzanos, por ejemplo, debemos estar muy atentos de no podar los de este tipo, salvo las ramas secas que pudiesen tener.
Desde la Agricultura Natural, pienso que, dentro de lo posible, debemos concentrarnos en mantener las plantas con su propia esencia y edad, por lo que este tipo de podas de rejuvenecimiento, no deberían hacerse en árboles adultos fuertes y sanos; ellos son lo que son, no sería nada natural forzarlos, aunque nos dé la impresión que tenga menos producción. Recordamos que lo productivo, entendido como la producción máxima posible, no es el enfoque dentro de la Agricultura Natural. En cualquier caso, mantenemos siempre actitudes intermedias, que es donde se encuentra la virtud, y si tenemos un árbol ya envejecido, con suficiente fuerza pero que ya no da apenas fruto y consideramos, con criterio y consciencia, que es importante obtener ese fruto, entonces, este tipo de podas podría ser adecuado. Hay muchos ejemplos de olivos centenarios, y milenarios, diría yo, que se han mantenido vivos gracias a las podas de rejuvenecimiento.
"Debemos tener el frutal en su forma natural desde su más tierna juventud. Una vez que cortamos su guía principal, el árbol ha de ser mantenido para siempre"
Pese a todo, que un árbol frutal eche frutas o no, depende de muchísimos factores, a veces, muy misteriosos e inexplicables, con lo que la poda no siempre es la solución. Podemos estar podando con la intención de obtener fructificación y equivocarnos completamente.
Para árboles adultos, un segundo tipo de poda, es la de mantenimiento, es decir, la anual que se realiza, normalmente, tras la recolección. Por ejemplo, en otoño para los almendros y en invierno para los olivos. Esta poda se realiza para mantener los árboles más bajos y facilitar la recolección y para quitar chupones innecesarios que debilitan las ramas principales.
En Agricultura Natural, la poda de mantenimiento no es necesario salvo los chupones del tronco bajo, ya que nuestros árboles no producen chupones altos, puesto que no tienen que luchar por buscar su guía. Pero, para que esto pueda suceder, debemos tener el frutal en su forma natural desde su más tierna juventud. Una vez que cortamos su guía principal, el árbol ha de ser mantenido para siempre, más aún, si lo hemos podado anualmente hasta su madurez.
Un tercer tipo es la poda de formación, que ya hemos mencionado de paso. Se trata de dar forma al arbolillo joven para que mantenga durante toda su vida su natural disposición, que viene dada de su rama guía principal. Si no tocamos un arbolillo joven, el mismo sacará esta guía y tirará para arriba para después extenderse a lo ancho. Esto es un árbol sano que termina fructificando igual o mejor que si podamos; eso sí, la fruta estará más alta. En la imagen que muestro, tenemos un buen ejemplo de ello, se trata de un kaki, ya casi adulto, produciendo gran cantidad de frutos. Vive embutido en un bosque, entre silvestres y otros frutales.
Por sí mismo y sin ninguna intervención humana, ha encontrado su luz, y los otros árboles silvestres que le acompañan, no sólo no le han perjudicado, sino que le han ayudado a que tenga su fuerza y salud naturales. Gracias a un ecosistema de climax de bosque Natural de alimentos, nuestro sexto principio de la Agricultura Natural, podemos obtener nuestro alimento en plena consciencia natural, con el máximo respeto a nuestro entorno.
